miércoles, 23 de febrero de 2011

Los disfraces del Manchester United


Avanzados los años setenta, dos jóvenes estadounidenses llamados Steve Jobs y Steven Wozniak, de 21 y 26 años de edad, respectivamente, planeaban ingresar en un mundo que por aquellos tiempos aún era desconocido para la mayoría de los mortales. Eran tiempos en que los únicos usuarios de computadoras eran muy pocos y se reducía a un minúsculo grupo de verdaderos románticos de las nuevas tecnologías.

Estos dos jovenzuelos, emprendedores innatos, decidieron vender una camioneta y dos calculadoras en mil 300 dólares para poder abrir Apple Computer Inc, tienda que ubicaron en el garage de Steve Jobs. Sus posibilidades de éxito eran prácticamente nulas, sin embargo, al cabo de seis años, los emprendedores que, al iniciar este proyecto afirmaron que “las computadoras serán las bicicletas de la mente”, ya vendían 650 mil unidades por año. Al cumplir la década de existencia, Apple pasó de ser una compañía de dos personas a una empresa de cuatro mil empleados.

Actualmente, aunque algunos no compartamos esta opinión, el tamaño de un club de fútbol no se mide por el número de títulos que tiene en sus vitrinas, ni por lo bien que juegue al fútbol, sino por su prestigio y sobre todo por el alcance de su marca, a pesar de que, le cueste a quién le cueste, los resultados deportivos siempre estarán asociados a la viabilidad de un club.

La familia Glazer, empresarios por naturaleza que incursionaron al mundo del fútbol inglés a través del Manchester United, tienen una visión del balompié que se traduce en números. Según el portal futebolfinance.com, en 2010, el conjunto de los ‘Red Devils’ tenía 15 patrocinadores que aportaban casi 77 millones de euros anuales a las arcas del club. El principal patrocinio sigue siendo AON Corporation. Ésta compañía, que tiene contrato por cuatro años con el equipo de Ferguson, contribuye con 23.5 millones de euros al año. Le sigue Niké, con 30 ‘kilos’. Y después, están Hublot (2.8 millones), Thomas Cook (1.5 millones), MTN (715 mil euros), Icomera (75 mil), 3 Indonesia (715 mil), Bharti Airtel (2.2 millones), Betfair (1.8 millones), Globalcom Limited (3.7 millones), Telecom Malaysia (1.3 millones), Turkish Airlines (1.1 millones), Aigo (3.8 millones), Concha y Toro (1.7 millones) y Epson (1.5 millones).

No obstante, el Manchester United es uno de los clubes que aumenta sus capacidades empresariales año con año. Ahora cuenta con 26 sponsors, es decir, 11 más que el año pasado. Esto se traduce en que cualquier compañía quiere ver su marca disfrazando al conjunto donde milita el mexicano Javier Hernández. Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, la familia Glazer tiene al club endeudado con una suma que alcanza los 800 millones de euros.

Y es ahí donde se alimenta la ira de los aficionados rojos. Es entonces donde vale la pena preguntarse si estamos a favor o no de la incorporación al fútbol de multimillonarios caprichosos que utilizan un club como si se tratara de un muñeco de peluche con el que un niño juega, se divierte, y cuándo le aburre, lo deja tirado en la alfombra, sin brazos y sin ojos, hasta que otro niño rico se encapricha y le devuelve la vida.

El fútbol es más que dinero, y la UEFA lo reitera. No se trata únicamente de un negocio, también se trata de conservar un deporte, de alimentar las emociones, de cultivar los sentimientos, de alentar las pasiones. Se trata también de proyectar valores, de tener espacios que fomenten la convivencia, de puntos de fuga donde la sociedad puede encontrar un refugio que lo proteja de la realidad que le rodea, de sueños y delirios. El dinero y el fútbol no deben pelearse, pueden ser grandes aliados, siempre y cuando exista el respeto mutuo. Ojalá los Steve Jobs fueran los emprendedores que incursionan en el mundo de las patadas, y no los depredadores americanos, los jeques árabes y los rusos caprichosos. Si fuese así, estoy seguro que el fútbol se reinventaría sin perder su esencia.

Foto: www.smh.com.au

lunes, 21 de febrero de 2011

De Messi, Ibrahimovic y Villa, una historia de celos


Cuando abrí el ojo hoy por la mañana, todavía asumiendo las consecuencias de un fin semana plagado de fútbol, con dolores por todo el cuerpo, abrí mi computadora y me encontré con que toda la prensa española se hacía eco de las estadísticas que reflejan la buena y rápida adaptación de David Villa al balompié que practica el Barça y de la inexplicable y conflictiva relación que ocasionó la salida del sueco del Camp Nou.

Villa está a un gol de igualar el registro en Liga del delantero del Milán. El asturiano, con su tanto al Athletic de Bilbao, suma 20 anotaciones, mientras que Ibrahimovic marcó 21 en todo el campeonato. Si todavía existían dudas sobre si el conjunto culé se había equivocado en vender al internacional sueco sólo un año después de desembolsar una estratosférica cantidad, creo que, en cuando a fútbol se refiere, las dudas se están disipando.

Pero más allá de las comparaciones goleadoras entre ambos delanteros, lo que valdría la pena acentuar son las causas que hicieron posible la llegada del ‘7’ de España y la repentina salida del robusto delantero nórdico.

Cabe señalarse que Eto’o se fue del club porque Guardiola no quería jugadores problemáticos en su plantilla, y el ariete camerunés era un león indomable. Llegó Ibrahimovic a pesar de que las informaciones que llegaron al club sobre el carácter del sueco no eran las más alentadoras.

Ya instalado en Can Barça, Ibrahimovic empezó su corta travesía en Barcelona. Según me dijo una fuente de toda solvencia hace algunos meses, los problemas con el sueco comenzaron cuando éste le exigió a Guardiola tener los mismos privilegios que Messi. Pep sospechó que la relación entre el argentino y el sueco iba más allá de la competencia sana entre dos delanteros de gran calidad que comporten un vestuario.

Y así fue. Ibrahimovic estaba celoso. Pero lo que no sabía, es que Messi, aún con su perfil bajo, su carácter sencillo, y su envidiable humildad, es intocable. Sus compañeros le respetan como al que más. Su directiva y cuerpo técnico le miman sin parar, pues saben que en gran medida los éxitos cosechados en los últimos tres años se los deben al argentino.

Ese fue su error, meterse con Messi, competir con Messi y no adaptarse al juego de Messi, de ahí que su productividad –lo único que le quedaba- no le avalara para cumplir su contrato y quedarse, al menos, una temporada más.

Terminado el ‘culebrón’ Ibrahimovic, llegó Villa con una importante carta de presentación: campeón del mundo, máximo goleador de dicha competencia, español, y jugador deseado por el Real Madrid. Qué mejor currículum que ese. Y además, con la lección aprendida. Sabía que si jugaba para Messi, entendía a Messi e intentaba conectar con Messi, su productividad subiría, la afición le querría más, y Guardiola le iba a dar todo el tiempo que necesitara para adaptarse al estilo de juego del Barça.

Los resultados hoy en día hablan por sí solos. Villa y Messi ya forman una pareja letal. Al asturiano se le cae la baba por Messi, y Messi cada vez le busca más. Festejan los goles como si fueran hermanos. Comienzan a buscarse en el campo como si fueran ciegos. Y los números de ambos son extraordinarios. El debate Ibrahimovic-Villa está a punto de concluir.

Foto: sport.es

viernes, 18 de febrero de 2011

El Bernabéu y la serpiente que quiere cambiar de piel


Escribía hoy José Félix Díaz (ver nota), periodista serio, profesional y con gran prestigio en la prensa española por su instinto periodístico y su liderazgo en cuanto a exclusivas se refiere, que Florentino Pérez había retomado la idea de patrocinar el estadio Santiago Bernabéu con el fin de incrementar los ingresos del club que preside.

Para ello, viajó junto con José Ángel Sánchez, director general corporativo del Real Madrid, por diferentes países árabes. La oferta más suculenta que recibió el presidente blanco alcanza los 60 millones de euros, sin embargo, la operación se antoja complicada.

Primero, porque antes de cerrarse la operación tendría que ser aprobada por la Asamblea de socios compromisarios, que actualmente está compuesta por unos dos mil miembros. Y segundo, porque Florentino no estaría de acuerdo en cambiarle el nombre al estadio. Se le pondría la afición en contra a pesar de que ese ingreso supondría, posiblemente, mayor presupuesto para fichar jugadores galácticos, que son los que seducen como mar caribe al presidente merengue.

Sea como fuere, lo cierto es que no sería el primer estadio en España que cambiaría de nombre, Para muestra, el recinto del Mallorca, que de llamarse Son Moix cambió a Ono Estadio y ahora es el Iberostar Estadio. O el antiguo Sadar de Pamplona que ahora se llama Reyno de Navarra.

Como bien menciona Félix en El Confidencial –síganle la pista a este periodista si quieren estar informados sobre la actualidad del fútbol español-, en Inglaterra es más recurrente ver la debilidad de los presidentes ante las ofertas millonarias que, sin temor a equivocarse, aceptan cambiar el nombre de su estadio con el fin de mejor la economía del club al que representan, sin detenerse a pensar que, para los aficionados, el nombre de su segunda casa es algo así como su segundo nombre.

¿Se imaginan que el Estadio Olímpico Universitario cambiará de nombre y ahora se llamara Estadio Banamex, o el Estadio Azteca pasará a ser Coca-Cola Stadium, o que el Camp Nou se convirtiera en el Estadio UNICEF, o el Santiago Bernabéu fuera el Saudí Telecom?

La crisis por la que atraviesan la mayoría de los clubes europeos, aunada a la necesidad de generar mayores ingresos, puede ser un punto de inflexión para que la epidemia del dinero se imponga a la nostalgia que puede generar el cambio de nombre de un estadio.


Foto: corazonblanco.com

jueves, 17 de febrero de 2011

Hugo Sánchez coquetea con la Liga española


Parece que Hugo Sánchez está cada vez más cerca de sentarse nuevamente en un banquillo de la Liga española. El buen trabajo que hizo con el Almería en su primera campaña, salvándolo del descenso con escasos recursos futbolísticos, le ha otorgado una acreditación como candidato a dirigir en la liga de las estrellas.

Si hace unos meses, cuando el Getafe de Míchel no veía tierra firme y se acercaba peligrosamente a los puestos de descenso, Hugo Sánchez fue el primer candidato para suplir a su ex compañero merengue en el banquillo, ahora suena con fuerza para controlar el avión que pilotea Miguel Ángel Lotina en dirección descenso.

Según pudo saber La tinta indiscreta, a través de fuentes cercanas al conjunto gallego, el presidente del ‘Depor’, Augusto César Lendoiro, no tiene pensado destituir esta campaña al actual entrenador de Guardado, a menos de que la avioneta de Lotina caiga en picada. Sin embargo, el presidente blanquiazul, considera que el ciclo de Lotina está por concluir, y ya busca recambios para la próxima temporada.

Hugo sería la piedra angular del proyecto. El técnico mexicano es consciente de que el Deportio no goza de buena salud, sobre todo en el aspecto económico. Contaría con jugadores de media clase, humildes, pero trabajadores. Conoce a algunos de ellos, como a Andrés Guardado, que al parecer puede reaparecer, después de recuperarse de su lesión, frente al Real Madrid.

Hugo no es el único candidato. Víctor Muñoz, ex entrenador del Mallorca, Villarreal, Getafe y Terek Grozny, entre otros, también suena con fuerza. Aunque en su contra juega su estilo de juego, conservador y defensivo.

Lo cierto es que Hugo vuelve a la escena pública. Si hace unas semanas se le vinculaba a la selección chilena, ahora es al conjunto gallego. A Lendoiro no le desagrada la sangre azteca. Compró a Guardado, amenazó con fichar a Vela, y posteriormente a Aldo de Nigris. ¿Será el turno de Hugo? Tiempo al tiempo.

Por cierto, me dicen desde España que el ex jugador madridista está comentando algunos partidos de la Champions League para una televisión de ese país.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Fútbol gourmet

Llega nuevamente a nuestras televisiones el mejor fútbol a nivel clubes. Los octavos de final de la Champions League representan una comida gourmet para todo aquél aficionado al balompié. Todo gira alrededor de un balón, y no me refiero al artefacto que patean los futbolistas con la intención de dormirlo en la red, sino al fenómeno de masas por excelencia que despierta la atención de propios y extraños en el planeta tierra.

Para hoy, el chef nos ha preparado un suculento platillo que lleva ingredientes afrodisiacos. Por una lado, Xavi, presente azulgrana que se cuece a parte y a altas temperaturas. Por el otro, Cesc, futuro culé que se cocina a fuego.

Son diferentes pero complementarios. Ambos se criaron bajo los lineamientos de La Masía. Su fútbol es parecido, con algunas diferencias que al cabo del tiempo terminan siendo simétricas. Xavi representa al futbolista inteligente, ese que lee un partido acostumbrado a sentarse al sofá y devorarse un libro de Coetzee, le impone el ritmo al partido según lo indique su reloj suizo, se mueve entre líneas como quien lleva una brújula en el desierto, toca sencillo y sin arriesgar, encuentra espacios en donde sólo hay estrechos, se adhiere al césped buscando la gravedad cero, hace de su estatura una cualidad y no un defecto, y observa el movimiento de sus compañeros como si trajera un detector de metales.

Por su parte, Fábregas, es la competitividad hecha futbolista. Los ingredientes que le pone al fútbol son diversos y exquisitos. Su facilidad para definir es tremenda, lo mismo arranca antes de cruzar la línea de medio campo, se incorpora con gran potencia al frente y culmina con un potente disparo fuera del área, como también recibe dentro del área, regatea y pone un pase que irremediablemente termina en gol. Cesc representa al futbolista líder, ese que motiva a sus compañeros como gobernante que se sube al estrado y mueve multitudes, es el epicentro de un equipo que se ve mejor en los ensayos que en la puesta en escena. Su capacidad de lectura es la de un escritor al que le gustan los saltos de tiempo, pero coincide con Xavi en que el ritmo determina la forma de juego, en que en la falta de espacios se encuentra el hueco perfecto, en que en la sencillez de un pase está la complejidad del acierto.

Cesc es el alumno y Xavi el maestro. El primero se fue del Barça pensando que con el segundo en casa nunca tendría oportunidades de brillar, y el segundo se quedó sin obstáculos en el camino. Sin embargo, uno en Londres y el otro en Barcelona, terminaron por descifrar un crucigrama llamado fútbol. Su talento no es casualidad, son producto de una misma filosofía que encarnan el Barcelona y el Arsenal desde tiempo atrás.

Hoy se verán las caras presente y futuro. Xavi está cerca de descender del pico más alto, sus lesiones le advierten que debe ser cauto cada partido, de ahí, las alarman en las oficinas del Camp Nou; un sustituto debe venir en camino, y no porque el club tenga prisa, sino porque el camino de Londres a Barcelona es largo y espinoso. Y ahí aparece Cesc, contrastado jugador que emana exquisitez, y que tiene ADN Barça.

viernes, 11 de febrero de 2011

La cámara de hipoxia de Raúl


A partir de que Raúl González le sacó al Bernabéu sus primeras exaltaciones, reprimiendo a su vez esa rara actitud del público que asiste al feudo blanco, más parecido al gustoso de la ópera que al del fútbol por su alto nivel de exigencia y su escasa capacidad para emanar alegría cuando su equipo no da con la tecla deseada, el Real Madrid sabía que tenía entre sus manos un jugador de otras dimensiones, y como tal, debía cuidarlo.

Fue entonces cuando el Madrid, con la aprobación de Emilio Butragueño, director deportivo del club en ese entonces, decidió instalar en la casa del ‘7’ una cámara de hipoxia, cuyos efectos sobre el organismo del deportista son altamente beneficiosos ya que, entre otros atributos, eleva el nivel de glóbulos rojos y mejora la transferencia de oxígeno al músculo, lo que se traduce en una mejor optimización del rendimiento, retrasa el cansancio, disminuye el riesgo de lesiones y propicia una reducción en el tiempo de recuperación.

Este sistema imita una situación de entrenamiento en altura, lo que supone un empobrecimiento de la concentración de oxígeno en el aire durante las horas de sueño del deportista. Quizás, Raúl, como si se tratara de un experimento de la NASA para mejorar las condiciones de vida de los astronautas que por periodos de tiempo habitan el espacio, también podía desarrollar entre sueños, bajo los efectos de la cámara de hipoxia, nuevas estrategias para alargar los ciclos de éxito del Madrid y acelerar los del Barça, ciclos a los que ya están acostumbrados los aficionados a la liga española y que pareciera que el Barcelona quiere romper.

Sea como fuere, cuando el conjunto merengue puso en marcha su pionero experimento, a Raúl, después de una gran especulación en torno a si el aparato violaba los códigos de dopaje o no, la prensa le preguntó sobre la veracidad de esta noticia, a lo que el ‘Ángel de Madrid’ respondió de la siguiente manera.

“No es exactamente una habitación preparada especialmente. No tengo una cama especial, pero sí un aparato que me proporcionó el club hace dos años y medio”. Es decir, Raúl, hasta que se fue al Schalke –habría que averiguar si dentro de su mudanza también estaba el poderoso aparato-, llevaba durmiendo ¿junto a su mujer? al menos seis años como si viviera en uno de los picos de Europa.

El Real Madrid sabe cómo cuidar a sus jugadores emblema. Al menos intenta alargar su vida futbolista, aunque no es de conocimiento público saber si algún otro jugador merengue cuenta con una innovación similar en su domicilio. Lo cierto es que Raúl, con sus 34 años encima, se mantiene en unas condiciones envidiables, en gran medida gracias a su intachable entrega, a su incuestionable liderazgo, y finalmente, pero no menos importante, a su profesionalismo como jugador y persona, cualidades que en los vorágines círculos que rodean al fútbol (prensa, clubes, directivos y futbolistas), siempre han sido bien recibidos, más allá de que fue y será siempre un espejo madridista.

jueves, 10 de febrero de 2011

Gullit vive… pero en Chechenia


No es un héroe de guerra, pero como si lo fuera. Así fue recibido Ruud Gullit esta semana en Chechenia al aceptar el cargo como director técnico del Térek Grozni que milita en la liga rusa. El ex jugador del Chelsea, campeón con Holanda en la Eurocopa de 1988 en Alemania y nombrado Balón de Oro un año antes, había desaparecido del mapa. Pocos sabían dónde estaba. Su última travesía nos remitía a Los Ángeles Galaxy, de donde salió astillado por una mala relación con Alexis Lalas, aquél norteamericano famoso por tener su grupo de rock, su barba roja y por frustrar más de un gol a la selección mexicana.

Ese moreno holándes que engrandeció al Milan junto con sus compatriotas Rijkaard y Van Basten en los años ochentas y noventas, distinguido entre los futbolistas no solo por su malabarismo con el balón, sino por su prominente bigote y sus ‘rastas’ a la Bob Marley, ahora se encuentra tejiendo un nuevo camino en un escenario en el que se han vivido dos de las guerras más sangrientas en las últimas décadas.

A su llegada a Chechenia, los medios de comunicación rusos sospecharon que el ex entrenador de Chelsea, Newcastle, Feyenord y Ángeles Galaxy, podría tener un ataque de terror al conocer los orígenes bélicos de una sociedad a la que también le seduce el fútbol. Sin embargo, lo que no sabían los periodistas nacionales y extranjeros, presentes en su presentación, era que Gullit, además de futbolista y estratega, también exploró lugares recónditos expuestos al peligro.

Yo he estado en lugares más peligrosos y pobres en los que la gente vive en basureros. En tales lugares, el fútbol cambia el destino a las personas. Para mí es muy importante dar alegría a la gente a través del fútbol, por eso no tenía miedo”, sentenció.

Hijo de madre limpiadora del Museo Nacional de Ámsterdam, de padre nacido en Surinam, y actualmente casado con la sobrina de Johan Cruyff, Ruud Gullit ha dejado un legado futbolístico rico en espectáculo y nutritivo para la memoria.

Aún se le recuerda por dedicarle su Balón de Oro a Nelson Mandela, aquel hombre justo y pacífico que se convirtió en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal. Aquel negro ilustre que pasó 27 años encarcelado injustamente, lo que le convirtió en un símbolo de lucha contra el apartheid. Aquel líder que se inspiró en Gandhi y que nunca ocultó su devoción por la música clásica de Georg Friedrich y Tchaikovsky.

Cuando la prensa italiana le preguntó a Gullit que quién era ese tal Mandela, el holandés no dudó en constatar que era “un futbolista con inquietudes políticas". Años después, cuando Madiba, como le conocen a Nelson en su país, se encontró con la ex estrella de ‘La naranja electrónica’ (como se le llamaba a la Holanda de los Rijkaard, Gullit y Van Basten por su parecido a ‘La naranja mecánica’ de Cruyff pero en su versión moderna), le dijo: “Ruud, tengo muchos amigos ahora. Cuando estaba en la cárcel, tú eras uno de los pocos que tenía”.

Recordar a un futbolista tan exquisito y reencontrárselo en el mapa futbolístico nuevamente, es como ir a ver el estreno de una película a la que le seguías la pista desde que su director anunció públicamente que en un año estaría en los cines. Lo cierto es que en un lejano lugar llamado Chechenia, acaban de estrenar la cinta titulada: “Ruud Gullit”.

martes, 8 de febrero de 2011

La Masía o la gallina de los huevos de oro


Muchas veces, la pesca deportiva se encuentra lejos. El pescador ambicioso prefiere alejarse de la costa, millas afuera, en busca del agua azul –no se me malinterprete, el agua de las bahías está más contaminada por el tránsito portuario y es de un color verdoso-, ahí donde los peces pesados se mueven como en casa. Ahí también, las aguas saladas son más cristalinas, y hay corrientes frías y calientes. Las más calientes son idóneas para un buen día de pesca. Pero lo cierto es que no siempre las mejores presas están lejos, por el contrario, pueden estar ante los ojos del pescador y sólo hace falta tener suerte y hacer un buen trabajo para no tener que salir muy lejos.

Y hago este preámbulo porque el Barça es uno de esos pescadores que prefiere pescar cerca de sus costas. La Masía se ha convertido en la mejor fuente de suministro futbolístico. No hace falta navegar en aguas internacionales para encontrar un Messi, un Xavi, un Iniesta, un Pedrito, un Busquets, y hasta un Guardiola. No. El conjunto azulgrana tiene en casa la gallina de los huevos de oro, esa que cada vez que pone un huevo se convierte en oro de 24 kilates.

El más reciente se llama Pedrito, ahora Pedro por cuestiones de mercadotecnia. Pocos futbolistas han tenido un progreso tan asombroso como el internacional español. Sólo necesitó poco más de un año para dar el salto de Tercera División a Primera. Primero coqueteó con quedarse en el primer equipo como si viviera en un elevador que sube y baja y viceversa. Hasta que convenció a Pep de que su casa era el Camp Nou.

A partir de entonces, ya no sólo se convirtió en un jugador regular del primer equipo, sino que se dedicó a batir récords hasta conseguir su llamado a la selección española. Es el único jugador azulgrana que ha marcado en seis competiciones diferentes. Eso le ha valido que el club le haga un contrato profesional hasta 2014 con una cláusula de rescisión de 75 millones de euros.

El habilidoso futbolista que se curtió en el San Isidro ha terminado por eclipsar al niño prodigio que todos siguen esperando. Bojan ha perdido créditos en gran medida porque Pedrito acortó los tiempos de maduración dejando en evidencia que el Raúl del Barcelona, aquel que amenazaba con explotar un día no muy lejano, se ha perdido en el camino e incrustado en el olvido.

Pedrito es el presente del Barça. Como también lo es Busquets. En unos años quedarán para el recuerdo y la memoria colectiva los bajitos con gravedad cero que embellecieron –y embellecen- las habilidades del gran Messi y que dieron, junto con otros grandes futbolistas, la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010 a España.

Ya lo dijo Guardiola en alguna ocasión cuando le preguntaron qué pensaba sobre Pedrito. “Si fuera brasileño, le llamarían Pedrinho, y no tendríamos dinero en el club para ficharle”. Dicho esto, sólo me resta comentarles que el Barça ha puesto en marcha el curso de entrenadores de l’Escola de Futbol, que dotará a un total de 30 técnicos de Catalunya de la metodología Barça. Será como una Masia pero para los técnicos, que tendrá como objetivo preparar a los entrenadores que ya se encuentran actualmente en los diferentes equipos del club, y otros que "encajan y se adaptan" al perfil del Barça, según explicó Xevi Marcé, director de la escuela.

lunes, 7 de febrero de 2011

Taquicardia colchonera


Da la sensación de que si la cara apática de cada temporada del Atlético de Madrid no cambia drásticamente los vapores volcánicos del Vicente Calderón comenzarán a elevar su temperatura. No hay campaña en la que la afición rojiblanca no sufra una taquicardia que la lleve a la sala de terapia intensiva. Su equipo lleva cuatro partidos sin marcar y los puestos de Champions se ven cada vez más lejos.

Fue el equipo que más invirtió en el mercado de invierno con 11 millones y medio de euros. Lleva cuatro partidos sin marcar. Forlán ahora calienta el banquillo. 'Kun' se postula como solista. Sin Simao el Atlético carece de agresividad. No hay ideas en medio campo ni orquestador que las genere. Quique Sánchez Flores pierde crédito en la plantilla y la plantilla está dividida.

Si a principios de temporada el Atlético estaba regodeándose de alegría, ahora se retuerce en la miseria. Y los pronósticos emocionales son debastadores. La afición rojiblanca comienza a desesperarse y, cuando eso sucede, a los Enrique Cerezo, Gil Marin y compañía, se les ponen los pelos de punta. No hay quién resista la presión de la afición más sentimental de España.

Y es que la falta de apetito es uno de los peores males que temporada tras temporada se hace presente en los endebles cuerpos que conforman la plantilla rojiblanca. Desde que Schuster jugaba en el conjunto colchonero, no ha habido otro director de orquesta que ponga a trabajar a las diferentes familias de instrumentos que componen la sinfónica. En el verano de 2009, un servidor se hizo eco, a través de fuentes de toda solvencia y cercanas a la directiva, que el Atlético negociaba con Pirlo. La operación no se llevó a cabo principalmente por la alta ficha de 5,5 millones de euros que cobraba al año el internacional italiano.

También coquetearon con Diego, el brasileño que durante algunos años formó una dupla fantástica con Robinho y que posteriormente estuvo en el Werder Bremen y en la Juventus. Ninguna de las dos operaciones se concretaron porque sus dirigentes no vieron necesario invertir tanto en un conductor de energía. Confiaron en Jurado, pero su crédito se agotó y, cuando parecía que mostraba su mejor versión, lo vendieron al Schalke por una jugosa cantidad en euros. Quizás era momento de hacerle con un ‘Diez’ de dimensiones atléticas. Pero no.

El Atlético no sólo sufre una crisis permanente de personalidad que es digna de ser estudiada por especialistas médicos, sino que carece de una pieza fundamental en los grandes equipos que se llama creador. De nada sirve reforzarse en defensa, tener una gran delantera, si no hay un organizador que haga fácil lo difícil, que distribuya y descongestione el caos vial y rentabilice los resultados otorgando más opciones de gol a sus delanteros que hoy carecen de oportunidades porque el balonazo se ha convertido en el gran protagonista.

Por si fuera poco, Quique se ha ganado la enemistad de su plantilla. A los egocentristas rojiblancos no les han sentado bien algunas declaraciones de su técnico. Eso de que no se repetirá el éxito de la campaña pasada hasta dentro de otros cuarenta años puso en pie de guerra al vestuario. Parece que esta vez ni los psicólogos a los que acudió Quique la temporada pasada pueden levantar a un equipo que está dividido. Me dice una fuente confiable desde España que se le está agotando el crédito a Quique y que ya se barajan varias opciones, entre ellas la de Marcelino y Juande. Cerezo asegura que Quique se queda hasta final de temporada, a menos de que el equipo se acerque más a los puestos de descenso que a los de Champions.

Tiempo al tiempo. Pero Quique debe continuar. El problema no es el técnico, más allá de que ahora se le vea un poco despistado a la hora de ubicar en el campo a sus nuevos refuerzos. Con el Getafe demostró que su idea futbolística tiene mucho sentido, si no que se lo pregunten a Schuster y a Laudrup, que heredaron un equipo pequeño con fútbol de grande. O al Valencia, que tras su despido se vio inmerso en un huracán de problemas con Koeman como artífice y reemplazo.

Ahora toca esperar a ver qué pasa frente al Valencia. El Atlético es así, no tiene explicación, es impredecible, sufre constantes taquicardias, y cuando nadie se lo espera, se recupera, como si nada hubiera pasado. No hay enfermo que no presente síntomas de debilidad, ni paciente que no quiera curarse. El problema es cuando la enfermedad corre por la grada como epidemia, porque no hay quién frene a una afición que sufre de angustia en las buenas y en las malas, y nunca se rinde.

jueves, 3 de febrero de 2011

El Barça se inspira con Mourinho

Me dicen por ahí que Pep Guardiola, al inicio de este nuevo campeonato, ya no sabía cómo motivar a una platilla que lo había ganado todo a nivel clubes. El técnico culé se veía en un barco a la deriva, con poco combustible para llegar a tierra firme, con las ideas difusas y sin recetas nuevas que abrieran el apetito a los Xavi, Iniesta, Messi y compañía. Y fue ahí, en el Real Madrid, en el eterno rival, en donde el técnico culé encontró la respuesta a todos sus miedos.

La llegada de Mourinho al Real Madrid suponía un nuevo reto para el Barça. Su aterrizaje en Valdebebas suponía la oportunidad de una revancha deportiva después de la amarga eliminación del conjunto culé en Champions ante el Inter de Milan que dirigía el técnico portugués. No sólo fue el adiós a la competencia más anhelada y prestigiosa del viejo continente, sino las circunstancias en las que los de Guardiola se despidieron de la competición, el perder la oportunidad de coronarse en casa de su acérrimo enemigo quizás nunca más se volvería a presentar en sus vidas.

Así, con las heridas aún abiertas, el Barça recibió la llegada de Mourinho a la Liga española como un psiquiatra para contrarrestar la depresión. Sólo llegar, The Special One, sacó su libro de cabecera, lo abrió en el primer capítulo y comenzó su provocación. “Nunca entrenaré al Barça, nunca me perdonarán el haberles quitado la oportunidad de ganar la Champions en el Bernabéu”.

Mientras, en Can Barça, guardaban silencio. Atentos observaban al nuevo galáctico de la Liga. Mourinho acaparó la atención de propios y extraños. En pocos días ya no se hablaba de la plantilla blanca, ni de los títulos del Barça, ni de la despedida de Pellegrini. Los diarios deportivos españoles seguían a sol y sombra todo lo que hacía Mourinho. El madridismo recuperaba confianza y esperanza. Todo en el Santiago Bernabéu era alegría y felicidad.

Comenzó la Liga y el Madrid daba buenas sensaciones. Mourinho se fue haciendo fuerte hasta meterse en el bolsillo a Florentino, algo que no había ocurrido en otras ocasiones. Al portugués se le contrató para acelerar el fin del ciclo azulgrana, algo, que al principio, y con argumentos futbolísticos, parecía factible.

Mourinho no quitó el dedo del renglón. Continuó con su estrategia de provocar a Guardiola, a Messi, a Xavi, a Iniesta, a Piqué, a Villa, al que criticó por no marcar goles a pesar de que meses atrás, en el Mundial de Sudáfrica, había demostrado ser uno de los killers más contundentes del planeta tierra. Se metió con otros clubes españoles, despreció a algunos técnicos, incluso, se puso la soga al cuello al asegurar que, en el Clásico, no habría goleada.

Y se ahorcó. Llegó al camp Nou con su soberbia por delante y su estilo provocador por detrás. Salió al campo primero que su plantilla intentando restar presión a sus pupilos. Se le veía tranquilo, aunque no lo estaba, ante sí tenía al mejor Barça de la historia. Y así fue. Quizás en ningún clásico hubo tanta superioridad culé como en esta última batalla. 5-0 y para casa con la cabeza gacha.

El estilo Mourinho motiva al Barça. Guardiola no tuvo que recurrir a los vídeos, ni a las charlas motivacionales antes de cada encuentro. Las palabras de Mourinho para los jugadores culés son como dieses en la licenciatura, como playas paradisíacas, como vacaciones después de ganarlo todo.

Mourinho es un técnico ambicioso, ganador sin duda, así lo dicen sus números y sus interminables elogios por parte de sus jugadores. El portugués es fiel a sus ideas, siempre tiene un As bajo la manga, un antídoto contra la depresión, una estrategia contra la mesura, pero ante sí tiene a un Barça que no se cansa, que está en proceso de maduración, no se vislumbra un fin de ciclo, ni un final amargo. Mourinho tiene que ser paciente y aprender, que la Liga no es la Premier ni tampoco el Calcio.