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Da la sensación de que si la cara apática de cada temporada del Atlético de Madrid no cambia drásticamente los vapores volcánicos del Vicente Calderón comenzarán a elevar su temperatura. No hay campaña en la que la afición rojiblanca no sufra una taquicardia que la lleve a la sala de terapia intensiva. Su equipo lleva cuatro partidos sin marcar y los puestos de Champions se ven cada vez más lejos.
Fue el equipo que más invirtió en el mercado de invierno con 11 millones y medio de euros. Lleva cuatro partidos sin marcar. Forlán ahora calienta el banquillo. 'Kun' se postula como solista. Sin Simao el Atlético carece de agresividad. No hay ideas en medio campo ni orquestador que las genere. Quique Sánchez Flores pierde crédito en la plantilla y la plantilla está dividida.
Si a principios de temporada el Atlético estaba regodeándose de alegría, ahora se retuerce en la miseria. Y los pronósticos emocionales son debastadores. La afición rojiblanca comienza a desesperarse y, cuando eso sucede, a los Enrique Cerezo, Gil Marin y compañía, se les ponen los pelos de punta. No hay quién resista la presión de la afición más sentimental de España.
Y es que la falta de apetito es uno de los peores males que temporada tras temporada se hace presente en los endebles cuerpos que conforman la plantilla rojiblanca. Desde que Schuster jugaba en el conjunto colchonero, no ha habido otro director de orquesta que ponga a trabajar a las diferentes familias de instrumentos que componen la sinfónica. En el verano de 2009, un servidor se hizo eco, a través de fuentes de toda solvencia y cercanas a la directiva, que el Atlético negociaba con Pirlo. La operación no se llevó a cabo principalmente por la alta ficha de 5,5 millones de euros que cobraba al año el internacional italiano.
También coquetearon con Diego, el brasileño que durante algunos años formó una dupla fantástica con Robinho y que posteriormente estuvo en el Werder Bremen y en la Juventus. Ninguna de las dos operaciones se concretaron porque sus dirigentes no vieron necesario invertir tanto en un conductor de energía. Confiaron en Jurado, pero su crédito se agotó y, cuando parecía que mostraba su mejor versión, lo vendieron al Schalke por una jugosa cantidad en euros. Quizás era momento de hacerle con un ‘Diez’ de dimensiones atléticas. Pero no.
El Atlético no sólo sufre una crisis permanente de personalidad que es digna de ser estudiada por especialistas médicos, sino que carece de una pieza fundamental en los grandes equipos que se llama creador. De nada sirve reforzarse en defensa, tener una gran delantera, si no hay un organizador que haga fácil lo difícil, que distribuya y descongestione el caos vial y rentabilice los resultados otorgando más opciones de gol a sus delanteros que hoy carecen de oportunidades porque el balonazo se ha convertido en el gran protagonista.
Por si fuera poco, Quique se ha ganado la enemistad de su plantilla. A los egocentristas rojiblancos no les han sentado bien algunas declaraciones de su técnico. Eso de que no se repetirá el éxito de la campaña pasada hasta dentro de otros cuarenta años puso en pie de guerra al vestuario. Parece que esta vez ni los psicólogos a los que acudió Quique la temporada pasada pueden levantar a un equipo que está dividido. Me dice una fuente confiable desde España que se le está agotando el crédito a Quique y que ya se barajan varias opciones, entre ellas la de Marcelino y Juande. Cerezo asegura que Quique se queda hasta final de temporada, a menos de que el equipo se acerque más a los puestos de descenso que a los de Champions.
Tiempo al tiempo. Pero Quique debe continuar. El problema no es el técnico, más allá de que ahora se le vea un poco despistado a la hora de ubicar en el campo a sus nuevos refuerzos. Con el Getafe demostró que su idea futbolística tiene mucho sentido, si no que se lo pregunten a Schuster y a Laudrup, que heredaron un equipo pequeño con fútbol de grande. O al Valencia, que tras su despido se vio inmerso en un huracán de problemas con Koeman como artífice y reemplazo.
Ahora toca esperar a ver qué pasa frente al Valencia. El Atlético es así, no tiene explicación, es impredecible, sufre constantes taquicardias, y cuando nadie se lo espera, se recupera, como si nada hubiera pasado. No hay enfermo que no presente síntomas de debilidad, ni paciente que no quiera curarse. El problema es cuando la enfermedad corre por la grada como epidemia, porque no hay quién frene a una afición que sufre de angustia en las buenas y en las malas, y nunca se rinde.
Qué opinas del equipo de esta temporada?, por momentos siento que es un equipo que le gusta, digamos que siente comodo siendo el cuarto grande.
ResponderEliminarAhora si ya contrataron diego pero lo veo más tirado por la banda que como enganche, sin Forlan y Kun está perro pero llegó el Tigre Falcao. Se va a poner bueno...
Abrazo carnal
Enrique