jueves, 9 de junio de 2011

‘Chicharito’, al límite de la cordura


A Javier Hernández te lo encuentras hasta en la sopa. Parece omnipresente. Está con la selección en la Copa de Oro, pero también en todos los puestos de periódico. Está entrenando con el Manchester United, pero al mismo tiempo en alguna entrevista en televisión. Mientras duerme, se habla de él en los foros de los periódicos digitales. Sus declaraciones aparecen en casi todos los medios de México, Inglaterra y España.

Eso se debe a la gran temporada que ha hecho con el Manchester United. Es innegable que el internacional mexicano ha sorprendido a propios y extraños en su primera campaña en Inglaterra. Al principio, salía de cambio y marcaba. Después, dejó en el banquillo a Berbatov para hacerse un hueco en el once titular y dio los mismo resultados que cuando veía los primeros minutos de cada encuentro al lado de Alex Ferguson.

Javier Hernández se está convirtiendo en un jugador crack. Nadie puede dudar de su capacidad como jugador, como delantero letal, como hombre que siempre está en el lugar preciso en el momento perfecto. Vladimir Dimitrijevic, autor de “La vida es un balón redondo”, de editorial Sexto Piso, lo definiría como “aquel que, más allá de la mitad de campo, encuentra soluciones inesperadas, rápidas, fulgurantes. Movimientos que son como los ojos prodigiosos de movilidad y de inteligencia de Johan Cruff”.

Sin embargo, esa ‘explosión’ de la que todos hemos sido testigos, está sobrepasando la barrera de lo sensato. Los medios de comunicación por igual, han visto en Javier Hernández una mina de oro. Todo lo que dice se traduce en ventas al por mayor. Por eso sale tan a menudo en las portadas de los diarios. Por eso las televisores le han puesto un marcaje personal que le oprime el pecho y lo obliga a respirar de manera artificial.

La paciencia de Javier Hernández está llegando a su límite, al igual que la de muchos seguidores del ariete mexicano. La manera en que los medios han explotado la imagen del delantero del Manchester United ha ocasionado un empachamiento de ‘chicharitos’ que se traduce en alergia.

Solo hace falta darse una vuelta por los foros de los medios digitales para ver que, sin ton ni son, Javier Hernández comienza a tener enemigos que, hartos de verlo hasta en la cartera de su pareja, y bombardeados por los diferentes medios de comunicación, están dejando de consumir estos maravillosos guisantes.

Al respecto, Javier Hernández mandó un mensaje descifrable pero no confirmable por los medios de comunicación el domingo pasado después del juego contra El Salvador. “No me voy a cansar de decirlo y nunca voy a decir cosas que a lo mejor mucha gente está esperando que las diga, pero no, yo les agradezco, es un trabajo de conjunto, les digo que no vengan a ver al ‘Chicharito’, que vengan a apoyar a México que es lo más importante”.

Y continuó. “Siempre he dicho que aquí es trabajo de conjunto, jugamos los 11 y luego los tres cambios y los otros compañeros que estuvieron esperando en la banca, conseguimos los tres puntos, aquí no importa quién haya hecho los goles, aquí ganó México 5-0”.

No satisfecho, reiteró su punto de vista. “Yo les digo que lo que les guste no sea nada más el que mete los goles sino también esos tres puntos, vinieron a pagar un boleto, México ganó y obtuvo los tres puntos en este estadio tan bonito, yo creo que esas son las alegrías que todo el mundo quisiera tener”.

Dardo al blanco. Javier Hernández se ha hartado del Javier Hernández mediático, ese que los medios han sobrevalorado y que ya empieza a causar desafortunadamente algunos malestares estomacales. La paciencia del Chicharito está llegando a su límite.

Está harto de tanto halago. Está harto de que lo conviertan en alguien que aún no es pero está trabajando para serlo. Hernández tiene y tendrá cientos de millones de seguidores alrededor del mundo. No ha perdido ese carisma tan especial. La fama no ha opacado su proyección ascendente, pues además de ser un jugador fantástico, es un hombre inteligente. Pero ojalá que la ‘chicharomanía’ no termine por ocasionarnos una gastritis que nos obligue a ir al nutriólogo, porque de ser así, lo primero que nos prohibirán, será el consumo del guisante verde.

Foto: www.redmanchester.com

5 comentarios:

  1. Buena nota. Totalmente de acuerdo, creo que los medios y hoy en día hasta nosotros por medio de las redes sociales saturamos muchas cosas, en el caso del Chicharito es normal por la falta de triunfadores mexicanos a nivel mundial (en el deporte), pero no lleva ni un año en el Manchester y le falta mucho camino. Creo que aparte todo esto le crea mucho peso a toda la selección y como lo vimos en el primer tiempo vs El Salvador se pierden en la cancha y no concretan.

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  2. Buen análisis Tacho, lamentablemente tienes razón, la falta de éxito nos acorrala a buscar héroes, un fuerte abrazo y muchas gracias por tu comentario.

    Santiago

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  3. Muchas gracias She, siempre es un gusto que personas como tú me lean y que les guste. Un abrazo.

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  4. Champi

    Esto es una enfermedad única de nosotros y que probablemente se propague a otros paises de tercer mundo, ojalá. Mira para explicarme bien te pongo el ejemplo de Rafa Márquez, mucho mejor que chicharo en unas cosas y mucho peor en otras; si bien Rafa era nuestro orgullo y gano todo, no fue como lo del Chícharo, por qué? pues porque Rafa subio a la selec, se fue pal Mónaco, se convirtió en titular en ambos equipos, fue campeón justo y luego se fue al Barca. Digamos que la fiebre del Chícharo es normal ya que se saltó todos los niveles, pasó de ser banca de la selec, banca de las Chivas, sí banca si no que le pregunten al mismísmo Chepo de la Torre como prefería a 3 gueyes antes que al Chícharo que ni su nombres recuerdo, o a Javier Aguirre por qué se emperraba con Franco; paso de jugar en un equipo mexicano 2 torneos al año al jugar 6 en Inglaterra con el Man U. El punto es que es normal que nos empachemos del Chícharo guey, por que representa al chavitode la ezquina, al guey que de la nada llegó a lo más alto, por que todos esperamos de cierto modo ganar la lotería pero ni siquiera compramos el boleto.

    Lo del Chícharo es atípico, es una enfermedad nunca antes vista, mira a Hugo antes de llegar al Madrid tuvo que romperla con el Rayo y el Atleti.

    Sabes ejemplos en países de tercer mundo así?

    Lo más parecido al Chícharo fue York igual del Mánchester, sólo que él sí demostró antes lo que valía en el Aston Villa. Ya sabes que a Ferguson le encanta chingarle jugadores al Villa.

    Que nos pongan en cuarentena por un rato y que nos den más chícharos, hay millones de chavitos buenísmos perdidos por ahí, que los que comen del fut busquen y los que lo sienten que se muestren.

    Abrazo

    Enrique

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