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Hace algunos meses, mientras me fumaba un cigarro y tomaba un café por la mañana, recibí un correo de un amigo y periodista español. En él, me incitaba a escribir un artículo sobre los posibles horarios que amenazaban con acabar con algunas costumbres españolas. En ese momento no me pareció demasiado atractivo para el lector mexicano y decidí no hacerle mucho caso.
Pero hoy, al leer el revuelo que han causado los horarios de las primeras dos jornadas de Liga, me hicieron dejar nuevamente mi cigarro y mi café, y sin todavía efecto alguno de la cafeína, se me aceleró la mano derecha y le marqué a su teléfono celular pensando en que ahí había tema.
-La tinta indiscreta: “Víctor, ¿Qué pasa cabrón, que te quitan la siesta?”
-Víctor: “Ya ves, se está armando una gorda, deberías de hacerte un tema con eso, nosotros hemos subido la noticia en El Confidencial al medio día y ahora es la quinta noticia más leída del periódico ¿Tú crees que a los españoles les va a gustar que pongan un partido de fútbol a la hora de la siesta? Ni de coña. Además, lo que jode a la gente, es que ahora habrá fútbol todo el día”.
España es un país de costumbres muy arraigadas. Me comentaba mi amigo y compañero de profesión, que la costumbre de la siesta viene de la posguerra. En esos tiempo difíciles, en los que la austeridad y el dinero escaseaba por cada rincón, la gente se veía obligado a tener dos trabajos. Uno por la mañana y otro por la tarde. Entre uno y otro, se comía y se dormía la siesta. Desde entonces, ese hábito, de un placer incalculable, se volvió costumbre y, si me lo permiten, creo que alcanzó el grado de religión.
Pero ahora, esa costumbre más de dioses que mortales, se ve amenazada por otra religión. Habrá partidos de la liga española desde las 12 del día hasta las 10 de la noche. Los motivos no son otros que económicos al abrir un nicho considerablemente importante como es el asiático.
“Con estos nuevos horarios los chinos deben de estar felices, podrán ver los partidos de la liga en horarios asequibles, por la noche. Eso traerá muchos más recursos a las televisoras y a los equipos. Imagínate tú, son mil cien millones de chinos, con que un uno por ciento de la población vea un partido es como si en España estuvieran jugando Real Madrid-Barcelona. Aquí, en España, ven un Clásico alrededor de entre 11 y 14 millones de personas. Allá con ese uno por ciento de la población ya alcanzan las cifras de telespectadores del partido más visto en nuestro país”, comenta Víctor García a La tinta indiscreta.
Al escuchar su explicación al respecto, me di cuenta que no sólo amenaza la siesta, sino que también atentaba contra el aperitivo, otra costumbre que raramente se elimina de la agenda de las españoles. El vermú es sagrado al mediodía, así como la copa de tinto o de blanco con una buena tapa de patatas al alí-olí, un montadito de jamón o de chorizo ibérico, unos mejillones o un pincho de tortilla.
Quién iba a pensar que el futbol pondría en peligro tan sagradas costumbres españolas. Seguro que nadie, ni ellos mismos, aficionados viscerales al balompié, a la buena vida, flamantes críticos y tertulianos que aprovechan, me atrevería a asegurar, mejor que nadie su tiempo libre.
Sin embargo, según me comentaba este gran periodista con el que tuve la oportunidad de aprender mucho sobre el deporte rey durante mi estancia por más de cinco años en Madrid, lo que más ha irritado a la sociedad española con respecto a los nuevos horarios a favor de abrir el mercado asiático y alimentar con euros a las televisoras y a los equipos de la Liga, es que los fines de semana habrá futbol prácticamente todo el día.
“La afición del Rayo Vallecano era la única que estaba acostumbrada a ir al estadio al mediodía cuando su equipo jugaba en Primera hace algunos años. Y no le importaba. Pero los demás, a esas horas (las 12.00 y las 16.00) acostumbraba a tomarse el aperitivo, comer y después dormir la siesta. La gente se puede hartar del futbol”, agrega Víctor.
Analizando estos conflictos que atenúan a la sociedad española y a los aficionados al balompié, surge otro problema que afecta directamente a los jugadores en pleno clímax de la estación más calurosa del año. Los horarios de las 12.00 y de las 16.00 pueden ser perjudiciales para la salud de los jugadores que, al menos en el sur y centro del país, en verano, a esas horas, la temperatura oscila entre los 35 y los 40 grados y en ocasiones rebasa los 43 grados centígrados.
Al respecto, Víctor se adelanta a la noticia y afirma, sin temor a equivocarse, o mejor dicho, con sentido común, que de aquí a que el verano concluya, a esas horas sólo se va a jugar en el norte del país. “Seguro que mientras haga calor, la mayoría de los partidos que se disputen en los horarios más cercanos a la hora de la comida, se jugarán en el norte, aunque por ahora no ha sido la regla”.
Y al revisar los horarios de la primera y segunda jornada de Liga, comprobé que tenía razón. El primer encuentro que se jugará al mediodía es Rayo Vallecano-Mallorca, y el primer partido después de la comida será el Racing de Santander-Getafe.
En fin, hablar de placeres, aperitivos, siestas y otros placeres como el futbol, se convertirán en temas de discusión popular para digerir a la hora del vermú en algún bar o terraza. Al menos de aquí a que la gente se acostumbre a los nuevos horarios o a que los asiáticos finiquiten las interminables deudas de la mayoría de los clubes españoles. De esa forma, me atrevo a asegurar que encontrarán la forma de ver futbol y tomarse un vermú al mismo tiempo, y aplazar o adelantar la siesta aunque su reloj se los reclame.
Foto: www.elmundo.es
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